El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición que afecta el neurodesarrollo, afecta a la comunicación, la interacción social y el comportamiento de las personas. Se llama espectro porque hay una gran variedad de síntomas y grados de afectación, que van desde casos muy leves hasta muy severos.
No se sabe exactamente qué causa el TEA, pero se cree que hay factores genéticos y ambientales involucrados.
Se puede diagnosticar desde la infancia, sin embargo, existen casos en que no se detecta hasta la adultez.
Para realizar el diagnóstico actualmente no existe una prueba médica específica, sino más bien, se basa en la observación del paciente y una acabada entrevista clínica.
Te entregamos algunos indicadores de cuándo consultar
– Si existen rutinas o rituales muy rígidos y estructurados, que si se cambian puede aparecer enojo, o pataletas dependiendo de la edad.
– Bajo interés por interactuar con las demás personas o por compartir juegos o actividades.
– Si se evidencian dificultades para expresar sus emociones o entender las emociones de los demás.
– Repetir palabras o frases sin sentido o tener un lenguaje limitado o retrasado.
– Sensible o indiferencia a los estímulos sensoriales, como por ejemplo sonidos, luces u olores.
-Movimientos estereotipados por ejemplo correr de un lado a otro o aletear con los brazos.
Si crees que en tu familia hay alguien que puede tener TEA, lo más apropiado es consultar con un profesional de la salud, debido a que una vez que se tiene el diagnóstico es muy importante iniciar un tratamiento, que tiene por objetivo mejorar el funcionamiento y la calidad de vida del paciente, disminuyendo síntomas y signos, apoyando en el desarrollo y aprendizaje.
Es importante destacar que un diagnóstico y tratamiento temprano permiten un mejor pronóstico para el paciente, su familia y su entorno.
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